Una tradición que pasa de generación en generación

La tarea del corte de pencas de Palma Real para surtir a la iglesias en conmemoración del Domingo de Ramos, no es nada fácil y requiere de mucho esfuerzo porque hay que adentrarse monte a adentro con machete en mano.

Es por ello, que Omar Elías Castillo, junto a un equipo de trabajo realizaron una jornada de cortes de las pencas que puede tener hasta 300 hojas cada una que serán donadas para el Domingo de Ramos para que las parroquias las entreguen a los feligreses en fe católica cuando Jesucristo fue recibido por el pueblo en forma triunfante a su entrada a Jerusalem.

Castillo explicó que son 30 años de realizar esta tareas en la finca de su padre en Río Chico, Pacora, para ser llevadas en un camión a las iglesias de la ciudad capital, toda vez que indicó que los cultivos de la Palma Real se ven afectados por la quema indiscriminada.

“Yo he tomado ese relevo (de su padre Elías Castillo) con equipo de personas que siempre nos apoya y nuestro compromiso es seguir sembrando la Palma Real para que esta tradición continúe”, destacó Omar Castillo durante la ardua faena que realiza junto a amigos y colaboradores.

Los cortes de las pencas a veces se tornan un tanto riesgosa porque se puede encontrar animales silvestres como serpientes y abejas africanizadas, que pueden estar alojadas en las palmas.

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