Por: Máximo Gómez Ramos – Arraiján
Conocí a Leandro Ávila durante mi ejercicio como miembro del Comité Ejecutivo de la FENASEP. El representaba, junto a otros compañeros, a la Asociación de Empleados de la Contraloría, en tanto que yo lo hacía por el, otrora, Ministerio de Hacienda y Tesoro.
Leandro siempre fue una persona de nítida apariencia personal, buen y elegante vestir, lo cual contrastaba con la imagen del <> que la sociedad está acostumbrada a ver.
Dueño de una profunda capacidad de análisis, complementada con excelente expresión oral y escrita, fueron factores determinantes que consolidaron su liderazgo, una vez electo como Secretario General.
Avila era <>, pero, de darse el caso, se sometía, disciplinadamente, al mandato de la mayoría y lo asumía como propio y con pasión contagiosa.
La gestión de Leandro Ávila modernizó a la FENASEP y la expandió, con fuerza, en el ámbito nacional. Ese fue su mayor aporte.
Tuve el honor de ser una de las personas con las que él consultó, cuando se interesó en participar <>. En mi casa se hizo la primera reunión de organización para la <>, que lo apoyaría para ser Diputado por el entonces Circuito 8-6.
Habiendo el suscrito trabajado dentro del equipo de la Ing. Balbina Herrera Arauz, lo que me facilitó conocer a muchos militantes y dirigentes de San Miguelito, decidimos, como primera estrategia de promoción, que lo acompañara, junto a otros amigos, a caminar desde la entrada de Villa Guadalupe hasta calle M. Se conmemoraba un evento en el distrito, no recuerdo cual, que reuniría a muchas personas y nosotros lo aprovecharíamos para hacer público, que Leandro Ávila iba como diputado. La aceptación fue sorprendente.
Leandro fue electo con la mayor cantidad de votos de la República de Panamá.
Hoy, Leandro Ávila, vuelve a someterse al escrutinio de los residentes de San Miguelito. El hecho de haber sido reelecto en varias ocasiones, es fiel testimonio que mantiene la aceptación de los electores, lo cual SOLO se produce cuando el político ha desarrollado una buena labor, tanto en la Asamblea como en la comunidad.
Leandro Ávila, como gremialista y como político, SIEMPRE ha sido consecuente con sus valores y principios de JUSTICIA SOCIAL y ello se debe, en gran parte, a su humilde origen y al hecho de pertenecer a un grupo étnico poco apreciado.
Definitivamente que el ejercicio político desgasta y Leandro no es la excepción de esa regla, sin embargo, su trabajo en San Miguelito habla por él.
Hoy enfrentado más a <> que externas…, pero como hombre de convicciones férreas y con ese sentimiento de amor al distrito y a su gente, en especial a los más desposeídos, estoy completamente seguro, que volverá a ocupar una curul en el Palacio Justo Arosemena.
Pueblo querido y respetado de San Miguelito, apoyen a Leandro Ávila UN HOMBRE DECENTE, UN POLITICO DECENTE, QUE JAMAS LOS DEFRAUDARA Y QUE PUEDE VER AL SOL DE FRENTE, que es lo que necesita Panamá en general y San Miguelito en particular.
