Antonio Pérez Díaz – Gerente general de EULEN Panamá
En 2022, la Organización Mundial de la Salud (OMS) publicó el primer informe mundial sobre prevención y control de infecciones, en el que resaltó que seguir medidas adecuadas en materia de higiene de manos y aplicar otras prácticas eficaces, previene el 70% de las infecciones hospitalarias.
En la presentación de ese informe la OMS mostró la realidad de las infecciones hospitalarias en los países de ingreso alto y en los de ingreso bajo o mediano. En los primeros, 7 de cada 100 pacientes que ingresan en el área de cuidados intensivos en un hospital, contraerán al menos una infección nosocomial -infección contraída en el hospital por un paciente internado a causa de una razón distinta de esa infección- durante su hospitalización. Mientras que, en los segundos, la cifra asciende a 15 de cada 100 pacientes.
Para prevenir estas situaciones, el eje central de los servicios hospitalarios debe ser la seguridad del paciente. Estos deben aplicar procedimientos que ayuden a disminuir los riesgos de forma constante y sostenible, al tiempo que se reduce la cantidad de daños que se pueden evitar.
Más allá del costo monetario que pueda generar el no seguir los protocolos adecuados de prevención y control de infecciones en las instalaciones hospitalarias, hay que pensar en las afectaciones que puede tener en los seres humanos.
Se estima que, al año, alrededor de 143 millones de personas en el mundo sufren daños como consecuencia de la falta de seguridad en la atención hospitalaria. Esta situación genera un gasto de más del 15% del presupuesto en los hospitales.
Tanto el sector público como el privado tienen un rol importante en el cumplimiento de programas nacionales sobre prevención y control de infecciones en las instalaciones hospitalarias. El desarrollo de legislaciones y reglamentaciones que regulen el sector hospitalario tiene que ser promovido por el Estado; mientras que el sector privado debe hacer las inversiones necesarias tanto en infraestructuras como en profesionales de primer nivel, así como trabajar de la mano de empresas especializadas que brinden servicios para prevenir y controlar infecciones en hospitales.
Los centros hospitalarios deben tener en cuenta una serie de aspectos, que marcan la diferencia, y que son la única forma de implementar medidas de prevención eficientes.
En estas infraestructuras debe haber una marcada diferenciación de accesos para pacientes, personal y proveedores. Además, la organización de estas tiene que ser funcional, es decir, deben estar sectorizadas por áreas y tener zonas de aislamiento.
Las instalaciones hospitalarias deben ser adaptables y flexibles. En otras palabras, deben tener la posibilidad de incorporar nuevos espacios para la atención, en caso de que la demanda así lo requiera.
En toda esta dinámica cada vez son más importantes los aspectos constructivos tendientes a evitar la propagación de enfermedades infecciosas; la climatización en las instalaciones y su mantenimiento; así como la aplicación de nuevas prácticas de atención como la telemedicina y el triaje telefónico.
Para evitar infecciones es necesario tomar en cuenta algunos factores genéricos con respecto a las instalaciones, la gestión de residuos y la lavandería.
Las instalaciones deben disponer de lavabos al alcance directo del personal, el secado de manos debe realizarse con toallas de papel desechable, y se debe disponer de espacio cercano a los lugares de atención para la desinfección de equipo que esté en contacto con pacientes y lugares habilitados para realizar su desinfección.
En cuanto a la gestión de residuos, se debe destinar contenedores específicos y señalizados por zonas; disponer de áreas aisladas para el tratamiento de residuos; se debe disponer de un local exclusivo para la disposición y separación de residuos peligrosos.
En el área de lavandería se deben prever espacios físicos para el almacenamiento de ropa limpia separada de ropa sucia, con flujos distintos para evitar la contaminación cruzada.
Seguir cada una de estas medidas ayudará a garantizar la calidad de la atención en los hospitales, así como la seguridad de los pacientes y del personal de salud.