Por: Jaeljattin Jaén de Delcourt /
CEO & Fundador de Mercados Americanos
jaeljattin@mercadosamericanos.com
El panorama global de la jubilación sigue siendo incierto para millones de personas, especialmente para la clase media, que parece estar atrapada entre las promesas no cumplidas de los gobiernos y la falta de sistemas de pensiones adecuados.
Mientras que algunos países, principalmente en Europa y Asia, han implementado sistemas de pensiones robustos, el resto del mundo, y en especial América Latina, no ofrece soluciones a largo plazo para garantizar una jubilación digna.
Países como Dinamarca, los Países Bajos, Suecia y Singapur son ejemplos de naciones que han logrado establecer mecanismos que aseguran la sostenibilidad y calidad de vida para sus jubilados, pero esos modelos parecen lejanos para regiones como América Latina.
En Panamá, la situación de la Caja de Seguro Social (CSS) es un claro ejemplo de esta falta de previsión.
Lo que debería ser el pilar de seguridad para miles de jubilados que se encuentra en una crisis profunda: los fondos se agotan rápidamente, la gestión es ineficaz y la transparencia brilla por su ausencia.
Los futuros jubilados enfrentan una creciente incertidumbre y ansiedad, mientras las reformas necesarias se postergan una y otra vez. La realidad es dolorosa: el sistema de pensiones está colapsado y la clase media se encuentra desprotegida, sin una solución viable a la vista.
En lugar de seguir esperando que los gobiernos, que han demostrado una evidente falta de visión, resuelvan este problema estructural, la única solución viable en este momento es que la clase media se eduque financieramente y tome control de su futuro.
No podemos seguir confiando en sistemas fallidos. La educación financiera es ahora más urgente que nunca. No solo permite a las personas protegerse del colapso de estos sistemas, sino que además les ofrece la posibilidad de prosperar económicamente.
Un estudio realizado por Fidelity en 2021 reveló que las mujeres, cuando se educan en temas financieros, tienden a obtener mejores resultados en sus inversiones que los hombres. Este hallazgo es fundamental, ya que demuestra que, con la formación adecuada, cualquier persona puede gestionar su propio fondo de retiro y no depender de sistemas de pensiones ineficaces.
Sin embargo, el acceso a este tipo de educación sigue siendo limitado, especialmente para la clase media y las mujeres en América Latina.
El modelo estadounidense, donde los individuos son responsables de crear y gestionar sus propios fondos de retiro a través de herramientas como el 401(k) o los IRA (Cuentas Individuales de Retiro), es un ejemplo que podría ser replicado en otras regiones. Este enfoque libera a los gobiernos de la carga de administrar pensiones, al mismo tiempo que empodera a los ciudadanos para que tomen decisiones estratégicas sobre su futuro financiero.
La educación financiera debe convertirse en una prioridad, tanto para los individuos como para los sistemas educativos. Es momento de asumir la responsabilidad de nuestro futuro, educarnos, invertir con inteligencia y gestionar activamente nuestros propios fondos de retiro. No podemos seguir esperando que los gobiernos resuelvan lo que ellos mismos no han podido manejar. El control de nuestra jubilación debe estar en nuestras manos.