Por Víctor Cruz- economista
He visto con profunda preocupación la incorporación de los grupos magisteriales a las manifestaciones y cierres de vías en protesta por el contrato firmado entre el Gobierno Nacional y la empresa que desarrolla el proyecto Cobre Panamá.
No, porque no puedan manifestarse y lo hagan de manera pacífica, sin coartar el derecho del resto de la población a emitir opiniones distintas o entorpeciendo el libre tránsito.
Mi preocupación va mucho más allá de una protesta que insisto, puede ser válida a los ojos de quienes las impulsan, pero cuando se esgrimen argumentos por parte de algunos dirigentes magisteriales que, en el caso que hoy los ocupa y sobre la base del Decreto 810 vigente a la fecha el cual “permite que un Año Escolar termine solo con 2 trimestres”, so pretexto de mantenerse en la huelga indefinida hasta que la CSJ dicte el fallo que esperan, en nada contribuye a mejorar el sector en el cual, supuestamente desempeñan sus labores.
Esto me hizo recordar una anécdota, la cual sucedió poco más de una década cuando fui invitado con otros colegas a presentar las Perspectivas Económicas del país y uno de los tópicos más controversiales de mi presentación fue el aspecto Educativo.
Luego de sacar a la luz algunos momentos vividos por docentes que pasaron del sector privado al oficial cuya motivación real era enseñar y al constatar alguna deficiencia de sus alumnos ayudar a corregirla como lo hacían en el sector privado y por ese deseo de ayudar al estudiante, incluso con la anuencia de los padres, el sistema se los impedía.
Una de las preguntas dirigida a mi persona fue la siguiente: ¿Qué decisión tomaría usted, yo en este caso, con relación a los docentes?
Mi respuesta fue tan cruda que el moderador del panel se sorprende y me dice, “Como así, que los voten a todos”., Mi madre fue maestra, siguió comentando… Y yo le respondo, la mía también, y muy buena, por cierto.
El grado de sorpresa crecía en el auditorio ante mi respuesta, pero yo seguí evaluando la pregunta y dije: La verdad es que hay muchos docentes dedicados, pero hay muchos que están enquistados en el sistema, quienes perdieron o nunca tuvieron la mística de formar personas, impidiendo con dicha actitud que alguien con deseos reales de educar lo haga con satisfacción y vaya en contra del status quo.
No digo con ello que la institucionalidad ayude mucho, pero el docente debe saber cómo transmitir conocimientos.
Pocos años después de este evento, el Ministerio de Educación considera no realizar las pruebas PISA, cuyos resultados en años anteriores dejaron muy mal parado no solo al estudiantado por no alcanzar las competencias que estas pruebas miden, sino también al docente. Craso error de las autoridades de ese instante.
La creación de la Beca Universal con el objetivo que el estudiante se mantenga en el sistema escolar y minimizar la deserción, ha sido mal dirigida al otorgar este apoyo o subsidio a estudiantes que como mínimo deben presentar como nota promedio de pase de 3.0. Error grave.
Hoy esa situación es todavía más precaria. Las cifras de educación que surgen en el Censo de Población 2023, me dejan todavía con muchísima más preocupación que antes, al saber que el promedio de la población panameña entre 15 y 24 años alcanza solo 10.9 grados educativos.
Esto significa que este grupo poblacional, que representa un porcentaje elevado de la base educativa que podría ingresar a la Universidad o al mercado laboral o ambas, no llenan las competencias básicas porque siquiera terminan la escuela y con ello solo puede aspirar a trabajos sencillos de baja productividad y, por ende, a un salario bajo.
En una entrevista realizada reciente a un funcionario de UNICEF, éste saca a relucir unos datos que terminan por dejarme mucho más preocupado que al iniciar este escrito y se refiere a 2 momentos en particular, uno de ellos es la pandemia de Covid-19 y los 2 años sin asistir a las escuelas y utilizando clases virtuales para cumplir con el plan escolar y el otro, las casi 4 semanas de cierres recientes por un tema no relacionado al área educativa.
Según informa este funcionario de UNICEF, trabajos realizados por organismos internacionales, indican que “por cada día que no se asiste a clases se pierden 3 días de educación” y en Panamá no hay un solo año que los gremios educativos pierdan clases sobre la base de cualquier pretexto.
Las cifras en cuestión destacan que, de los 800 mil y tantos estudiantes que tiene el sector oficial, alrededor de 200 mil están sobre la edad y de éstos últimos, unos 73 mil tienen entre 2 ò 3 años sobre la edad.
Explicaba el experto que la capacidad de Comprensión –Lectora de estos estudiantes, les ha impedido mantenerse en un grado educativo acorde a su edad. Es decir que si un estudiante tiene 11-12 años edad, lo más seguro es que curse 6to grado o primer año de secundaria. Pero si hay una sobre edad de 2 ò 3 años implicaría que un joven de 18 años, pudiera estar cursando 3ro o 4to año y esta situación tiende a empeorar si es de mayor edad y conduce a la deserción.
En resumen, esta situación muestra un déficit en la Comprensión-Lectora de estos 73 mil estudiantes y al no cumplir con las competencias respectivas esto les impide ingresar al mercado laboral y generar mejores salarios, ya que sus conocimientos básicos no han cumplido con las competencias que requieren, por lo cual la productividad laboral de estas personas tiende a ser baja, y de ingresar a la universidad tendrían el mismo resultado si es que llegan a ingresar.
Si una persona muestra este rezago, su capacidad lectora frena su nivel de entendimiento de materias o temas que requieren conocimientos más avanzados a los que ha adquirido.
Por ende, tendrá dificultad de entender lo que lee, igualmente le impide entender y discernir lo que escucha.
Ante la postura de los docentes de irse a una huelga indefinida sobre la exigencia de la derogatoria del contrato minero y amparándose en una legislación que según arguyen, que con 2 Trimestres puede cerrarse un año escolar, tuve la curiosidad de investigar otras cifras y tratar de entender las diversas exigencias magisteriales a lo largo de muchos años denominadas como derechos ganados y frente a esos supuestos logros constatar los avances educativos nacionales.
El Censo de 2023 revela que el nivel de Escolaridad de la Población Panameña es de 10.9 años.
Y al revisar los Censos del año 2000 y del 2010 y comparando esta cifra (10.9 años) con dichos períodos censales, los resultados no solo son sorprendentes, no por los avances sino por el gran deterioro de la educación panameña y paso a explicarlo a partir del siguiente cuadro.
El Censo del año 2000, considerando los diversos grupos de edad entre 4 y 59 años revelan que, de una población educativa que ronda un poco más de 2.3 millones de personas, ésta tiene un Nivel de Escolaridad de 10.2 años
De ese universo educativo, solo el 3.5% ha cursado algún año universitario, sin terminar la carrera. Solo el 1.4% de dicho universo tiene un título universitario y, el 0.2% logra título sea post grado, maestría o doctorado.
En el caso del Censo del 2010 los resultados muestran que la población educativa es de un poco más de 2.7 millones de personas cuyas edades oscilan entre los 4 y 59 años, y su nivel de Escolaridad es de 10.8 años.
De esta población, solo el 3% ha cursado estudios universitarios, más no ha terminado alguna carrera. Solo el 1.3% tiene título universitario y, únicamente el 0.3% ostenta títulos, ya sea un post grado, maestría o doctorado.
Las cifras del cuadro anterior muestran el Nivel de Escolaridad de la población panameña en los últimos 30 años, ya que los censos en cuestión recogen el desempeño década a década destacan que la Población Panameña, en promedio no llega a los 11 grados educativos, o sea, no llega al 5to año.
Considerando que, en el Censo del 2000 la escolaridad alcanza 10.2 años; en el del 2010 es de 10.8 años y, en el del 2023 es de 10.9 años.
Le hago una pregunta pura y dura a los docentes del sector oficial de este país, ¿Creen que estas cifras muestran algún avance educativo?
Como pretender ir a la Universidad y lograr conocimientos superiores si el promedio de la población no logra, según estas cifras cumplir con los conocimientos académicos básicos.
Si a eso le agregamos, las cifras relacionadas a los 200 mil estudiantes que están 2 o 3 años por encima de la edad, y de ese total unos 70 mil estudiantes de edad cercana a los 15 años tienen problemas en comprensión lectora y matemáticas, como pretender con esta base ir a la universidad cuando el nivel de comprensión que se requiere debe estar a la altura del nivel en que se encuentra y no menos.
Como pretender a partir de estos datos que hoy día, cualquier panameño aspire a buenos trabajos con buenos salarios si la economía y la modernidad en la que nos desenvolvemos exige mayores conocimientos y más creatividad que derivan de una sociedad global en constante cambio, lo cual solo se logra con más y mejores conocimientos capaz de generar masa crítica.
Muchas personas, de todas las edades, aducen que con el avance de la Internet y de las redes sociales, el educarse de manera programática en un colegio pudiera no ser necesario, pero la realidad es otra.
De no ajustar los rezagos que tenemos como sociedad, no podremos sacarle provecho a los avances y cambios que existen en la sociedad, porque una cosa es lo que nos muestra el Internet y las redes y otra es como sacarle provecho a eso y mejorar la calidad de vida del panameño.
El aducir que el cierre del año escolar con 2 trimestres como propuesta del sector magisterial y seguir en los cierres de calles, a la espera de la inconstitucionalidad del contrato minero, demuestra que su interés es otro y no al que realmente le deben por su profesión el cual es formar a quienes asisten a clases. Eso una enorme irresponsabilidad.
En mi opinión y la de muchos más los deja muy mal parados, sobre todo si evaluamos los resultados educativos y que desdicen a todas luces el gran aporte a la sociedad que se achacan.
Son tres décadas que ilustran el desempeño educativo docente y los resultados siguen siendo similares a los obtenidos en los años 90, pero con una gran diferencia a lo interno de los gremios, ya que en los últimos años el sector magisterial ha exigido un mejor presupuesto, si mal no recuerdo el 5% del PIB y ajustes continuos de sueldo y los resultados bien y usted.
Pregunto a los docentes en Huelga, si la misma ¿responde al tema laboral o al sector al cual se deben? Pues NO.
En cualquier trabajo, si alguien se ausenta de su trabajo y no presenta excusa, ¿se le puede descontar el día y si son varios ser despedido? Pues SI.
En cuanto a mantener la huelga y aspirar por haber consignado las notas del segundo trimestre ¿que el año escolar sea concluido con solo 2 trimestres? Pues NO.
¿Es justo para el estudiantado, los padres de familia y quienes pagamos los impuestos con los que se les paga a los docentes del sector oficial querer cobrar los 3 trimestres en los que se compone el año escolar y solo trabajar 2 trimestres? Pues NO.
Desde esta tribuna, este servidor le exige al MEDUCA que ponga en cintura a los docentes que no cumplen con su trabajo.
Las cifras expuestas así lo revelan y demuestra que posiblemente muchos de ellos no debieran formar parte de una profesión noble como lo es formar a las personas a partir de la docencia.
Panamá se muestra ante propios y extraños como un país muy moderno, pero esa modernidad requiere, perdón EXIGE personal capacitado, sin embargo, las cifras antes expuestas destacan que la economía panameña no tiene el capital humano panameño que la sustente.