Hora de definir prioridades

Por Marcela Galindo De Obarrio- Presidenta de la CCIAP

El control de la Pandemia, el inicio del nuevo periodo legislativo y el arranque del tercer año de Gobierno plantean la oportunidad de definir prioridades críticas y dar un impulso concreto a la necesaria reactivación de empleos.

En primer lugar, estimamos que se debe poner fin al Estado de Emergencia. Si bien es cierto que ya se suspendió el procedimiento especial para compras del Estado; también lo es que se mantienen vigentes -e incluso se prolongan- medidas extraordinarias como el Plan Panamá Solidario y sus diferentes componentes, al igual que el uso obligatorio de la mascarilla en espacios cerrados. Tales iniciativas cumplieron su cometido y esos recursos deben ser dirigidos de manera eficiente a necesidades prioritarias como la inversión productiva e impulsar el empleo.

Claramente, las condiciones de la Pandemia son hoy considerablemente distintas a los dos últimos años, por lo que en función de eso carece de sentido mantener tal Estado de Emergencia. Al igual que vemos como naciones vecinas en la región ya han dado el paso hacia la total normalidad.

Hoy, las prioridades deben enfocarse en avanzar como país y garantizar un futuro sostenible y equitativo para los ciudadanos.

Esta semana, el Instituto Nacional de Estadísticas y Censo (INEC) informó que la tasa de desempleo disminuyó a 9.9%, pero la informalidad aumentó a 48.2%. Ello marca con claridad la prioridad que tenemos por delante: crear plazas de empleo y estimular el emprendimiento formal; sin perder de vista el gran esfuerzo que hay que hacer en materia de educación para contar con suficientes personas calificadas para llenar las plazas de trabajo que se generen.

El impulso a los sectores empleadores es fundamental para la creación de empleos, especialmente en el apoyo a las Micro, Pequeñas y Medianas empresas (MiPymes), que generan entre el 60% y el 70% del empleo.

No tener una claridad en cuanto al desmontaje de la estructura de emergencia no solo ejerce creciente presión sobre las finanzas públicas, sino que prolonga una interinidad que atenta contra los ciudadanos, en la medida que esos recursos no se orienten a la creación de empleo y oportunidades que les permitan labrarse una mejor calidad de vida.

Que los panameños puedan volver a trabajar y a crecer es una misión que el Gobierno Nacional debe propulsar enviando señales decisivas y de real paz social. Mantener un ambiente de emergencia claramente no es una de ellas.

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