El candidato presidencial del Partido Popular (PP), Martín Torrijos Espino, se comprometió a resolver los problemas del país en tres años, y que en una consulta popular, sea el pueblo el que defina en consulta popular si ha cumplido sus promesas de campaña.
“Estoy tan seguro que lo que estoy proponiendo es tan viable que quiero sellar ante ustedes y ante los cuatro millones de panameños, lo siguiente: al término del tercer año del mandato presidencial, voy a llevar a cabo una consulta popular para que sean ustedes los que juzguen si he cumplido o no con mis promesas; y esa consulta para mi será sagrada y vinculante.”
Añadió que esto quiere decir que, si el pueblo panameño estima que no ha cumplido, propondrá de inmediato que dentro de la reforma constitucional que impulsará, se incluya la revocatoria de su mandato con vigencia inmediata, porque “es hora de que los candidatos dejen de mentir.”
En un conversatorio con representantes de organizaciones populares y de la sociedad civil organizada, Torrijos Espino señaló que no los convocó para que escuchen nuevos diagnósticos ni nuevas propuestas, sino para formalizar ante ellos, un compromiso muy serio. Vengo, como hijo de Omar Torrijos, como un dirigente político identificado con las necesidades de la gente, a decirle a la nación que nuestro gobierno no será de persecuciones ni revanchismos, nuestro gobierno estará dirigido a reunificar y reconstruir el país”, subrayó.
Recalcó que a solo 13 días para que los panameños concurran a las urnas a renovar de manera democrática a sus autoridades, y de haber asistido a numerosos debates, foros, entrevistas, encuentros, caminatas y conversatorios, el diagnóstico del país se ha hecho, y se han expresado infinitas propuestas, algunas valiosas, otras son sencillamente descabelladas y desesperadas.
El exmandatario advirtió que el país está profundamente dividido, y la conformación de la próxima Asamblea Nacional (AN), así lo va a confirmar, en consecuencia, se requiere de un gobierno con liderazgo, pero sin autoritarismo ni prepotencia; con capacidad de convocar consensos, pero sin rehuirle a las decisiones por muy difíciles que sean.
“Del atolladero en el que nos encontramos solo saldremos si somos capaces de deponer actitudes inflexibles o mesiánicas; si somos capaces de unirnos lo vamos a lograr; porque ya lo hicimos antes”, señaló.
Torrijos Espino recordó, que a un gran costo político para él, le dio vida al programa de invalidez, vejez y muerte de la Caja de Seguro Social (CSS); también lo hizo, cuando a pesar de algunos incrédulos, sometió a referéndum la ampliación del Canal, y haber pasado por coyunturas difíciles, sabe que los problemas no se resuelven ni con fórmulas fáciles ni pateando la pelota para que otro sea el que resuelva.
Agregó que en 13 días el electorado panameño tiene una cita crucial, y que la decisión de quién gobernará el próximo quinquenio, define el futuro inmediato del país.
“La encrucijada de esta elección la he señalado con toda claridad y quiero reiterarlo: como sé lo que hay que hacer, también sé lo que no se puede hacer, por eso no he querido, ni quiero participar en el festival de promesas desesperadas ni a un concurso de quien pega las mentiras más grandes dirigidas a una población que ya no cree en nadie”, afirmó.
El candidato del PP compartió con los representantes de la sociedad civil y de organizaciones populares presentes, que su compromiso con Panamá, es con los jóvenes y mujeres, estudiantes y profesores universitarios, transportistas, obreros y sindicalistas, empresarios e industriales, ingenieros y arquitectos, banqueros, comerciantes, médicos, enfermeras, deportistas, artistas, ganaderos y agricultores, ambientalistas, abogados, católicos, evangélicos, jubilados, indígenas, campesinos, de la etnia negra, de la colonia china, emprendedores y personas con discapacidad.
Reafirmó que estos sectores son la genuina representación de Panamá, por ello, tiene la certeza de que el equipo de campaña sabrá reunir voluntades para sacar adelante al país.
“Faltan sólo 13 días; sé que los panameños no se dejan engañar, que sabrán distinguir entre las promesas descabelladas y nuestro compromiso por realizar el cambio seguro y unir a la nación; esos inventos electorales de soluciones irrealizables no resuelven nada y son fantasías que irrespetan al mismo pueblo”, dijo Torrijos Espino.
Afirmó que algunos creen que las necesidades de la gente las van a llevar a creer en propuestas sin sustento, por lo que de aquí al final de la campaña termine, la electricidad ya no va a costar cinco dólares, sino que será gratis; o bien, ya no van a ser 500 mil empleos, sino un millón, aunque haya que buscar entre los vecinos colombianos y costarricenses para llenarlos.
“De aquí a que termine la campaña ya no van a ser cuatro días de trabajo y tres de descanso, sino dos de trabajo y cinco de descanso; de aquí a que termine la campaña vamos a tener tanto chen chen que no vamos a saber qué hacer con él. “A mí no me van a encontrar en ese festival”, insistió.
En ese sentido, reiteró que lo que ha propuesto sabe que se puede realizar, y está seguro de que sus propuestas son tan viables, que sella ante los presentes y los cuatro millones de panameños que, “al término del tercer año del mandato presidencial, voy a llevar a cabo una consulta popular para que sean ustedes los que juzguen si he cumplido o no con mis promesas”; y esa consulta para él será sagrada y vinculante.
“Eso quiere decir que si el pueblo panameño estima que no he cumplido, propondré de inmediato que dentro de la reforma constitucional que voy impulsar, incluiré la revocatoria de mi mandato con vigencia inmediata. Es hora de que los candidatos dejen de mentir”; apuntó.