Por: Luis Anaya, Director Senior Healthcare Región Norte en LLYC
Durante las últimas décadas los avances en la medicina han evolucionado a un ritmo acelerado, ofreciendo a los pacientes y a los profesionales de la salud mejores tratamientos y formas más fáciles de aplicarlos, que se adaptan a las necesidades y requerimientos de cada caso particular. Según cifras de las autoridades de salud panameñas, se registran en promedio 14 casos diarios, mueren 7 personas relacionadas con algún tipo de cáncer, y se atienden por año entre 14 mil y 16 mil pacientes. En este contexto, la lucha contra el cáncer también ha experimentado avances que prometen transformar la atención oncológica y mejorar la calidad de vida de quienes padecen esta enfermedad.
Ante esta realidad, esperanzadora pero con retos importantes que afrontar, LLYC explora las principales oportunidades y avances en el contexto actual de la innovación e investigación oncológica a través del informe ‘La medicina personalizada para el tratamiento del cáncer: tan cerca y tan lejos’. El informe destaca cómo la personalización ayuda a la secuenciación de los tratamientos; es decir, combinar los más estandarizados (como la quimioterapia y la radioterapia); con los nuevos, inmunoterapia; sumando a los innovadores, como las terapias génica y la celular, para así obtener mejores resultados.
La medicina personalizada, es la adaptación de los tratamientos, necesidades, y realidades de cada paciente y a su perfil genético. Este avance va más allá de las combinaciones tradicionales, como la radioterapia que, según cifras del Instituto Nacional de Cáncer de los Estados Unidos, el 50 % de los pacientes con cáncer reciben radioterapia en algún momento del tratamiento. El tratamiento personalizado incorpora nuevas metodologías como la terapia de células T, que ha mostrado resultados prometedores en ciertos tipos de cáncer.
La reciente inauguración del Hospital de Cancerología en la Ciudad de la Salud, supone importantes avances en la atención de los pacientes oncológicos, y permitirá oxigenar el ya desbordado Instituto Oncológico Nacional. La puesta en marcha de esta nueva instalación médica, está acompañada de alta tecnología que permitirá ofrecer mejores tratamientos a los pacientes. Con cuatro aceleradores lineales de última generación, los pacientes y el equipo médico podrán delimitar las áreas, los tumores y los tejidos sanos, lo que se traduce en la aplicación de una dosis más personalizada y mejores resultados.
En cuanto a los desafíos en la adopción de estos tratamientos, destaca su accesibilidad y la comprensión de sus beneficios. Los pacientes de hoy están más empoderados, tienen un mayor acceso a la información y buscan involucrarse activamente en su tratamiento. Según datos presentados en el V Estudio de Salud y Vida (España), un 52% de los españoles acude a internet para buscar información sobre síntomas que puedan orientarlos hacia un diagnóstico. En este sentido, la comunicación transparente entre el médico y sus pacientes juega un papel crucial en facilitar un diálogo efectivo para acelerar la aplicación de tratamientos innovadores.
El tratamiento oncológico también se enfrenta a la disyuntiva entre la innovación y la disponibilidad clínica y requiere abordaje urgente. Para acelerar la adopción de innovaciones en tratamientos, es esencial conocer a fondo las necesidades de los pacientes. Por eso, la recopilación de información relevante, apoyada por la inteligencia artificial (IA) y el análisis de big data, puede ofrecer insights valiosos sobre patrones de comportamiento en los pacientes al momento de recibir atención médica; y en el personal de salud, al momento de realizar el diagnóstico y aplicar el tratamiento.
La transformación de la esperanza en una realidad para los pacientes con cáncer es una responsabilidad colectiva que no podemos dejar pasar. Las investigaciones científicas para encontrar nuevos tratamientos han hecho posible que la tasa de supervivencia se situe en el 55,3% en hombres y el 61,7% en mujeres, según la Asociación Española contra el Cáncer. Estas cifras nos invitan a ser optimistas, pero también a reconocer que aún queda mucho por hacer para que la innovación no solo sea un concepto, sino una realidad palpable en la vida de quienes enfrentan esta dura batalla.