- Los productos lácteos, especialmente los fermentados como el yogurt o el kéfir, aportan cultivos lácticos y probióticos.
- Pueden favorecer una buena digestión si se eligen adecuadamente, en la cantidad correcta y en el momento oportuno.
Redacción – Panorama Económico
Panamá.- Los productos lácteos son aliados clave en una alimentación saludable, y muchos de ellos ofrecen beneficios concretos para la salud gastrointestinal, particularmente el yogurt y el kéfir que se destacan por su contenido de cultivos lácticos y los probióticos.
Los cultivos lácticos son bacterias utilizadas en el proceso de fermentación, las cuales transforman la leche en yogurt y mejoran su digestibilidad. Los probióticos, por su parte, son microorganismos vivos que, al consumirse en cantidades adecuadas, contribuyen a mantener el equilibrio del microbiota intestinal, favorecen la digestión y fortalecen el sistema inmunológico.
Además, los lácteos son una fuente importante de calcio, fósforo, vitamina D y proteínas de alto valor biológico, nutrientes esenciales para múltiples funciones metabólicas, incluida la motilidad intestinal, destaca Francisco Herrera Morales, nutricionista de Productos Nevada – filial de Dos Pinos en Panamá.
Uno de los mitos más comunes es que los lácteos causan inflamación o que deben eliminarse por completo en caso de molestias digestivas. Sin embargo, la evidencia científica demuestra que esta creencia no aplica a toda la población. En la mayoría de los casos, los síntomas digestivos asociados al consumo de lácteos se deben a la intolerancia a la lactosa, una condición que varía entre personas y no significa que los lácteos sean intrínsecamente inflamatorios.
De hecho, revisiones sistemáticas y metaanálisis han concluido que el consumo de productos lácteos no se asocia con un aumento de marcadores inflamatorios en personas sanas, y que algunos productos fermentados incluso pueden ejercer efectos antiinflamatorios moderados.
Otro concepto erróneo es pensar que los productos sin lactosa son artificiales o menos nutritivos. En realidad, estos productos conservan su perfil nutricional y son una opción segura y saludable para quienes no toleran la lactosa, informa el experto en nutrición.
Herrera Morales subraya que los lácteos pueden ser bien tolerados incluso por personas con sensibilidad digestiva, siempre que se elijan correctamente en cuanto a tipo, cantidad y momento de consumo. Existen diversas alternativas dentro del grupo de los lácteos que se adaptan a las necesidades individuales sin comprometer la digestión.
Para quienes presentan intolerancia a la lactosa, las opciones incluyen:
- Lácteos deslactosados: como leche sin lactosa, yogurt o quesos.
- Productos fermentados: como el kéfir, que suele tener menor contenido de lactosa y mayor concentración de cultivos lácticos y probióticos.
- Quesos maduros: como el parmesano, gouda o cheddar, con bajo contenido de lactosa y mejor tolerancia digestiva.
Es fundamental identificar los lácteos que favorecen una buena digestión. Los más recomendables son aquellos ricos en cultivos lácticos y probióticos, como el yogurt y el kéfir.
Además, es preferible elegir productos sin azúcares añadidos, ya que estos pueden alterar el equilibrio del microbiota intestinal. Las versiones sin lactosa representan una excelente alternativa para quienes son intolerantes, permitiendo disfrutar de sus beneficios sin molestias digestivas.
¿Cuándo es mejor consumirlos?
- Durante el desayuno, donde aportan energía sostenida y saciedad.
- Como colación a media mañana o media tarde, especialmente si contienen probióticos.
- Después del ejercicio, combinados con frutas, para una mejor recuperación muscular.
- Evitar grandes cantidades por la noche si hay antecedentes de reflujo o digestión lenta.
Productos Nevada continúa innovando en el desarrollo de lácteos que no solo sean deliciosos, sino también nutritivos y funcionales, adaptándose a las necesidades cambiantes de los consumidores y a las tendencias globales de salud y bienestar.