El Consejo Académico de la Universidad de Panamá manifiesta de manera firme y categórica que los campus universitarios Octavio Méndez Pereira y Harmodio Arias Madrid, de la ciudad de Panamá, deben ser preservados, formalizados y reconocidos como patrimonio histórico cultural y académico, sin que sean trasladados de sus ubicaciones actuales en el corazón de la ciudad de Panamá.
Lo anterior surge como una posición formal de la máxima autoridad académica respecto a la intención de posible traslado de la institución hacia un campus propuesto como Nueva Ciudad Universitaria.
Si bien, la propuesta de nueva Ciudad Universitaria representa una oportunidad invaluable para modernizar infraestructuras, construyendo instalaciones tecnológicamente avanzadas, laboratorios equipados, aulas inteligentes y espacios dedicados a la docencia, investigación, extensión, administración, innovación y servicio, este traslado no debe significar el abandono ni la pérdida de los actuales campus Octavio Méndez Pereira y Harmodio Arias Madrid.
En el manifiesto esbozado por las autoridades universitarias, se respalda la construcción de un nuevo campus universitario como un paso decisivo hacia la consolidación de la excelencia académica y científica que requiere la población panameña.
“Sin duda, es de vital importancia la creación de centros interdisciplinarios que potencien la ciencia, la tecnología y la innovación, impulsando de manera segura el desarrollo nacional”, expresa el Consejo Académico en el documento.
Asimismo, señalan que la Universidad de Panamá ya ha hecho importantes sacrificios de terrenos en favor del desarrollo nacional como los terrenos que tenía en Tocumen que el Estado ocupó para ampliar el aeropuerto, las tierras frente al campus de la Transístmica donde habitan panameños humildes, así como la lucha histórica que se ha tenido por recuperar los terrenos de La Arenosa; por tanto, “bajo ninguna circunstancia podemos perder estos dos campus universitarios”.
Ante ello, la Universidad de Panamá demanda que sean respetados y preservados los campus del centro de la ciudad capital como símbolos inalienables de la identidad universitaria y nacional, siendo imprescindible que ambas instalaciones sigan siendo propiedad de la primera casa de estudios superiores del país.