Por Sandra T. Sotillo R. – Panorama Económico
La Ciudad de Panamá será transformada en Hub de sostenibilidad urbana para las Américas gracias a un laboratorio de innovación urbana tipo ‘Living-lab’ correspondiente al proyecto “Plan Maestro Regenerativo para el área de Juan Díaz y Don Bosco, en la Bahía de Panamá” liderado por la arquitecta Panameña y becaria 2021-2023 del programa Soluciones Costeras de Cornell University, Ariadna Araúz, y bajo la mentoría del arquitecto internacional y miembro del consejo asesor del programa, el señor Cristián Pérez Navarro, director ejecutivo de la firma de diseño integral para la sostenibilidad Global-Nomad.org, institución anfitriona del proyecto.
Durante la jornada que se llevó a cabo en la Ciudad del Saber se contó con la participación de una veintena de representantes de los diversos sectores protagonistas del desarrollo en Ciudad de Panamá, incluyendo ciudadanos, autoridades municipales, desarrolladores inmobiliarios privados, el ministerio de medio ambiente, ONGs internacionales, académicos de la conservación y el urbanismo, así como ejecutivos de la aviación comercial nacional.
Ariadna Araúz, Becaria del Programa Soluciones Costeras de Cornell University, destacóque este ejercicio no solo permitió un momento de entretención y sana competencia entre los participantes, sino también les ofreció la oportunidad de sumergirse en los desafíos que requieren la gestión del poder, la administración de los recursos, y la toma de decisiones fundamentales para la inversión pública y privada, bajo un contexto de arquitectura de decisiones específicamente diseñado para avanzar en la meta de transformar Ciudad de Panamá en el Hub de sostenibilidad urbana de Las Américas.
La actividad convocó a miembros de la sociedad civil y líderes de cada sector para simular la aplicación de un modelo de desarrollo urbano capaz de financiar diferentes mecanismos basados en incentivos para la adaptación climática que (1) ayuden a desviar las decisiones de desarrollo hacia los puntos más aptos de la ciudad, evitando o reduciendo las inundaciones extremas y otros riesgos climáticos, así como (2) ayuden a regenerar puntos críticos de la ciudad que hoy en día se inundan durante eventos de lluvias extremas como el ocurrido la semana pasada que se producen en gran medida debido a la impermeabilización de las superficies urbanas con pavimentos que impiden que las aguas de lluvia se infiltren normalmente en las napas subterráneas, junto con (3) crear condiciones verificables de sostenibilidad en proyectos públicos y privados de desarrollo urbano como edificios e infraestructura verde para ser financiables por medio de bonos verdes, sostenibles y sociales certificados por terceras partes internacionales como Climate Bonds Initiative, resaltó Araúz.
«Para llevar a cabo la desafiante tarea de reorientar el desarrollo para conseguir la adaptación climática y regenerar el suelo de las cuencas habitadas de la Bahía, es necesario primero hacer converger las motivaciones de los diversos actores, abriendo también espacio físico y compensando la imposibilidad de construir en ciertos lugares críticos de riesgo actual y futuro, así como la creación de un fondo de mejoramiento urbano sostenible que ayude a financiar obras de infraestructura verde pública, así como incentivos tributarios para fomentar la implementación de dichas soluciones en proyectos privados».
A juicio de la Arquitecta todos estos mecanismos e incentivos basan su eficacia en experiencias internacionales exitosas y en la posibilidad de implementar en Panamá políticas públicas basadas en insights de comportamiento, a partir del trabajo de íconos de la economía del comportamiento como Kahneman, Tversky, Thaler, Sunstein, Ariely y Sutherland, tal como lo han hecho ya más de 100 gobiernos, con el objetivo de crear políticas informadas por una mejor comprensión sobre cómo las personas adoptan, participan, usan, y responden a dichas políticas y programas, para conseguir mejores resultados comprometiendo menos recursos, adaptando y diversificando el contexto de la toma de decisiones para un desarrollo urbano más sostenible.
Uno de los momentos más estimulantes para la audiencia del laboratorio fue la realización de un ensayo experimental basado en integrar las diversas motivaciones de los participantes, muchas veces divergentes, en un juego de roles especialmente diseñado para simular las decisiones de inversión necesarias, los beneficios económicos, y las contribuciones ambientales y sociales que conllevaría una regeneración rentable de los ecosistemas críticos, bajo el driver de crecer alcanzando una dinámica hídrica saludable y segura, tanto para los seres humanos como para la biodiversidad local, ambos vitalmente dependientes de ese recurso.
Como resultado preliminar fue posible observar, por medio de testimonios in situ, cómo ciertos prejuicios previos de algunos jugadores sobre los desafíos asociados a gestionar el poder y administrar los recursos variaron bastante una vez que asumieron la responsabilidad de administrar decisiones, en vez de actuar como meros críticos o espectadores del desarrollo tradicional. Esto permite demostrar que es posible trabajar en un modelo colaborativo donde los sectores del desarrollo entiendan mejor mutuamente sus motivaciones y objetivos individuales directos, para indirectamente empujar objetivos comunes con menos críticas y conflictos entre sectores, basados en creencias muchas veces derivadas de conclusiones erróneas sobre las motivaciones y comportamientos de los tomadores de decisiones.
Este proyecto fue seleccionado por la Asociación Americana de Arquitectura del Paisaje (ASLA) para ser parte de la ponencia “De las Políticas a la Planificación Estratégicas: Protegiendo los Humedales del proceso de urbanización en Latinoamérica”, en el contexto de su Conferencia Anual, a celebrarse en San Francisco, Estados Unidos en Noviembre de este año.