Panamá siempre se ha caracterizado por tener una de las mejores aguas potables del mundo, tanto así que los ciudadanos la consumen del grifo sin presentar problemas de salud desde hace mucho tiempo.
Sin embargo, ante la creciente población que podría estar superando los 4,5 millones de habitantes en todo el país, de los cuales más de la mitad reside en la ciudad capital, impera la construcción de una nueva potabilizadora que pueda suplir la alta demanda de la urbe metropolitana.
Y es que se construyen nuevos rascacielos en diversas zonas exclusivas de la ciudad capital y la planta potabilizadora de Chilibre es la misma desde hace más de 50 años y cada vez que se realizan reparaciones o mantenimientos a sus sistemas, se suspende el suministro especialmente los fines de semana y la facturación por el servicio se mantiene igual.
Expertos en el tema de agua consideran que no es suficiente ampliaciones a la planta potabilizadora Federico Guardia Conte de Chilibre para solucionar la escasez del vital líquido en algunos sectores donde reside la clase media baja porque sería “poner parches” a un problema que afecta a miles de personas.
Informes oficiales revelan que la potabilizadora de Chilibre produce 250 millones de galones de agua diarios para abastecer los distritos de Panamá y San Miguelito, Panamá Norte desde Las Cumbres hasta Buena Vista y todos los sectores alejados de la red que lo conforman Panamá Este desde el corregimiento de Pedregal hasta La Siesta en Tocumen.
El IDAAN señala que actualmente los trabajos de ampliación de la potabilizadora que se realizan a un costo de 36,7 millones de dólares se encuentran en su fase final y buscan aumentar la producción de agua potable en 15 millones de galones diarios para beneficiar a 150,000 residentes de la capital.
A pesar de todos estos datos de producción de agua potable a gran escala, los residentes de Chilibre denuncian la falta de suministro a pesar de residir cercanos a la planta potabilizadora.