Londres, 6 feb (EFE).- El Banco de Inglaterra decidió este jueves recortar del 4,75 % al 4,5 % los tipos de interés, el primer descenso desde el pasado noviembre, tras una caída de la inflación interanual, si bien ésta se mantiene por encima de su objetivo del 2 %.
El comité de política monetaria de la entidad votó 7 a 2 a favor del recorte, ampliamente esperado por los analistas, después de que la Oficina nacional de estadísticas comunicase el mes pasado que el índice de precios al consumo (IPC) bajó al 2,5 % hasta finales de diciembre, un leve descenso frente al 2,6 % registrado en noviembre.
El banco emisor inglés había reducido en noviembre el precio del dinero por segunda vez en 2024, del 5 al 4,75 %, ante la tendencia a la baja de la inflación en ese momento.
Al dar a conocer la decisión, el banco señaló que el recorte ha respondido al progreso hecho hasta ahora para reducir las presiones inflacionarias, si bien advirtió de que la inflación subirá temporalmente este año -hasta un 3,7 %, debido al alza de los precios energéticos- antes de caer el objetivo del 2 %.
A fin de asegurar que la inflación se mantiene en un nivel bajo, el banco decidirá «cuidadosamente» el porcentaje de los recortes y en qué momento los aplicará, agregó la entidad.
El banco también informó de que estima que la economía crecerá este año un 0,75 %, por debajo de la estimación inicial del 1,5 %.
El gobernador del banco, Andrew Bailey, dijo hoy que el recorte será «una buena noticia para muchos», pero que sigue de cerca la marcha de la economía y la situación global.
Tras el anuncio, la ministra británica de Economía, Rachel Reeves, dijo que esta reducción «es una buena noticia, ya que ayuda a aliviar las presiones del coste de vida que sienten las familias de todo el país y facilita que las empresas obtengan préstamos para crecer».
«Sin embargo, todavía no estoy satisfecha con el crecimiento», agregó Reeves, que ha recalcado el objetivo del Gobierno de impulsar «el crecimiento económico y poner más dinero en los bolsillos de los trabajadores. Por eso estamos haciendo frente a los obstáculos para que el Reino Unido vuelva a construir, eliminando barreras regulatorias innecesarias e invirtiendo en nuestro país para reconstruir carreteras, ferrocarriles e infraestructura vital».
Débil crecimiento
La economía del Reino Unido continúa débil a pesar de los esfuerzos del Gobierno laborista por impulsar el crecimiento, como prometió antes de llegar al poder el pasado julio, a través de medidas como la construcción de nuevas viviendas.
Según las últimas cifras oficiales, el producto interior bruto (PIB) británico aumentó apenas un 0,1 % en noviembre, el primer incremento que experimenta la economía nacional en tres meses.
Este leve ascenso llegó después de las dos contracciones del 0,1 % registradas durante los pasados meses de septiembre y octubre, frente al repunte del 0,2 % que habían anticipado los economistas.
La deuda neta acumulada del sector público británico, excluidos los bancos con participación estatal, se situó a finales de 2024 en el 97,2 % del producto interior bruto (PIB) del Reino Unido.
El porcentaje de endeudamiento es un 0,3 % más que a finales de diciembre de 2023, según la Oficina de estadísticas, que ha puntualizado que la deuda se mantiene en el nivel más alto desde la década de 1960.
Solo en el pasado diciembre el endeudamiento fue de 17.800 millones de libras (21.894 millones de euros), 10.100 millones de libras (12.423 millones de euros) más que en diciembre del año anterior y el nivel más alto de endeudamiento para ese mes en cuatro años.
El pasado enero, los bonos de deuda pública subieron pronunciadamente, lo que redujo el margen del Gobierno para endeudarse dentro de su disciplina fiscal.
En el mercado de deuda, el rendimiento de los bonos con vencimiento a 10 años llegó a mantenerse en máximos desde 2008, en torno al 4,89 %.
Según los analistas, esto ha respondido al temor de los inversores a que la economía británica entre en un periodo de estanflación -alta inflación y estancamiento económico-.