Mientras algunos grupos hacen llamados nuevamente a interrumpir el calendario escolar por motivos ajenos a emergencias reales, volvemos a preguntarnos: ¿hasta cuándo vamos a seguir jugando con el futuro de nuestros jóvenes? Que los estudiantes sigan perdiendo clases por decisiones gremiales es simplemente inaceptable. La educación no puede seguir siendo rehén de intereses particulares, señala el editorial La Cámara Opina, que lleva la firma del presidente de la CCIAP, Juan Alberto Arias.
El desarrollo de un país se construye sobre la base de una educación continua, de calidad y adaptada a los tiempos. Pero la realidad que enfrentamos nos muestra un sistema con fallas profundas, tanto en infraestructura como en contenido curricular, sobre el cual es imperativo que todos unamos fuerzas para sacarlo adelante. No se trata solo de tener escuelas abiertas; se trata de tener aulas dignas, con recursos, con maestros formados y comprometidos, y con un currículo que prepare a los estudiantes para los desafíos del mundo moderno.
Dicho esto, no todo es negativo. En medio de las dificultades, hay esfuerzos que merecen ser destacados y apoyados. Uno de ellos es el trabajo que viene realizando el Instituto Técnico Superior Especializado (ITSE), una institución que entiende que el país necesita jóvenes preparados para incorporarse de forma rápida y efectiva al mercado laboral.
Esta semana, la Gerencia Educativa del ITSE presentó a nuestra Junta Directiva y membresía los avances en la implementación de su modelo de educación superior de ciclo corto, con una visión clara de conectar la academia con el sector productivo. Gracias al convenio de Formación Colaborativa Academia Industria, firmado en 2021, estudiantes del ITSE en su último año de formación hacen prácticas en la empresa privada, ofreciéndoles laboratorios vivenciales donde pueden aplicar sus conocimientos en escenarios reales. Ocho (8) de cada diez (10) estudiantes salen con trabajo, uno (1) continúa con su formación y el otro emprende. Así que se trata de un resultado 10/10.
Esto no solo mejora la formación técnica de los jóvenes, sino que también les abre oportunidades reales de empleo. Se trata de una alternativa clave para aquellos que desean ingresar rápidamente al mercado laboral formal, con competencias técnicas especializadas que aporten al desarrollo humano y económico del país.
Desde la CCIAP, reafirmamos nuestro compromiso con este tipo de iniciativas. Creemos firmemente que la educación técnica es una herramienta poderosa para cerrar brechas, generar empleo y mejorar la competitividad nacional. Pero también sabemos que la educación no avanza sola.
Reconocemos que el Ministerio de Educación ha hecho esfuerzos por mantener las clases activas a pesar de los desafíos y que ha sido firme al establecer que quien no trabaja, no cobra. Este mensaje es claro y necesario para garantizar el derecho a la educación de nuestros niños y jóvenes.
Panamá necesita planificación, compromiso y voluntad. No más paros, no más excusas, no más improvisación.
Gracias a los panameños que todos los días apuestan por la educación, el trabajo honrado y el progreso. Este país lo sacamos adelante entre todos.