Por: Redacción – Panorama Económico
Panamá trabajará en colaboración con el Banco Mundial (BM) para seguir reduciendo las emisiones y adaptándose al cambio climático mediante un nuevo proyecto que aprobó el viernes 22 de marzo, el Directorio Ejecutivo del Banco Mundial.
El segundo préstamo de políticas de desarrollo (PPD) sobre Resiliencia Climática y Crecimiento Verde apuntalará las reformas orientadas a descarbonizar los sectores de transporte y la energía, y apoyará a Panamá en la generación de las capacidades necesarias para adaptarse y mitigar los efectos del cambio climático, lo que beneficiará a las poblaciones más vulnerables.
Este proyecto de 350 millones de dólares respalda las reformas establecidas en dos pilares. El primer pilar se enfoca en promover una transición hacia las energías limpias, un crecimiento con bajos niveles de emisión de carbono y socialmente inclusivo, e innovaciones tecnológicas favorables para la preparación frente a desastres.
De acuerdo con este componente, Panamá seguirá fortaleciendo los marcos normativos y regulatorios que se crearon para reducir las emisiones de los sectores de la energía y el transporte. La descarbonización de estos sectores es fundamental para cumplir los compromisos asumidos por el país frente al cambio climático.
Asimismo, este pilar respalda las reformas políticas orientadas a la electrificación rural por medio de las energías renovables y la conectividad digital que beneficiará a las mujeres y a los territorios indígenas.
El segundo pilar ayudará a Panamá a seguir desarrollando sus capacidades para gestionar sus recursos naturales de manera sostenible y planificar frente al cambio climático. Esto incluye el apoyo a instrumentos que contribuyan a mejorar la planificación y la gobernanza climática, como lo es Sistema Nacional de Adaptación al Cambio Climático y los Escenarios de Cambio Climático, que funcionarán como base para la planificación de las inversiones públicas y privadas de cara al futuro.
La operación se basa en el préstamo anterior de política de desarrollo (PPD), sobre Resiliencia Climática y Crecimiento Verde aprobado por el BM en abril de 2023, y destaca el compromiso de Panamá de integrar la sostenibilidad y la acción climática en su gestión política a nivel económico y social.
“Durante el período de 2019-24, el Gobierno de Panamá ejecutó acciones y medidas de reforma política relacionadas con la transición energética y la resiliencia frente al clima, como parte de su proceso para descarbonizar el sector del transporte y, al mismo tiempo, mitigar los efectos negativos del cambio climático sobre la economía nacional. Estas acciones en favor de la resiliencia frente al clima como una estrategia de desarrollo permitirán que el país contribuya a mejorar el ambiente, la calidad de vida de la población y la revitalización de la economía, tanto en el sector público como en el privado, por lo que deben convertirse en una transición sostenible a largo plazo. Al mismo tiempo, es fundamental hacer hincapié en que, según se concluye en el Segundo Informe Bienal de Actualización sobre el Cambio Climático, los bosques panameños capturan más carbono que la cantidad total de emisiones de gases causantes de la crisis climática que se generan en Panamá, lo que convierte al país en una nación con huella de carbono negativa”, afirmó Héctor Alexander H., Ministro de Economía y Finanza.
“La capacidad de Panamá para respaldar el crecimiento económico rápido y reducir aún más la pobreza se interconecta con su habilidad para adaptarse al cambio climático y mitigar sus efectos”, dijo Michel Kerf, director regional del Banco Mundial para América Central y la República Dominicana. “Este proyecto demuestra el compromiso del país para alcanzar un futuro sostenible y resiliente frente al cambio climático”.
El cambio climático supone una amenaza importante para el crecimiento económico de Panamá, lo que afecta a las comunidades más vulnerables. Este país es uno de los más expuestos en el mundo a los peligros naturales inducidos por el clima y los patrones meteorológicos alterados, lo que incluye el aumento de la frecuencia y la intensidad de los fenómenos de El Niño y La Niña, que generan graves sequías e inundaciones. Por su parte, los territorios indígenas enfrentan elevadas dificultades relacionadas con el clima, como el aumento del nivel del mar, entre otros desafíos.