Redacción – Panorama Económico
Panamá. – El acceso a un suministro eléctrico estable y a precios justos es clave para la población panameña. Para fortalecer la planificación del sector y reducir la volatilidad en los costos del servicio, la Secretaría Nacional de Energía emitió la Resolución N.° MIPRE-2025-0009558, en la que recomienda la contratación de energía renovable a largo plazo que asegure mejores precios en el mercado eléctrico.
La medida instruye a la Empresa de Transmisión Eléctrica, S.A. (ETESA) a presentar los pliegos de licitación pública antes del 31 de octubre de 2025, con contratos de hasta 180 meses. Además, establece un precio máximo de $97.50 por MWh para evitar sobrecostos y garantizar estabilidad en las tarifas. Se priorizará la participación de nuevas centrales hidroeléctricas y eólicas, lo que contribuirá a diversificar la matriz energética y reforzar la seguridad del suministro.
El Secretario Nacional de Energía, Juan Manuel Urriola, destacó que este proceso se enmarca en una estrategia de planificación a largo plazo para evitar decisiones reactivas y asegurar estabilidad en las tarifas. «No podemos depender únicamente de la inercia del mercado. Es necesario un marco de gobernanza eficiente que garantice un suministro confiable y competitivo», afirmó.
Como parte de esta estrategia, la Secretaría Nacional de Energía presentará en los próximos meses un Plan de Contrataciones a cinco años, con el objetivo de estructurar el crecimiento del sector bajo criterios sostenibles y predecibles.

Al respecto, subrayó que la contratación anticipada de energía responde a un análisis de las necesidades específicas del país. «La planificación que estamos retomando en esta administración permitirá entregar próximamente a los inversionistas un calendario de licitación para el próximo quinquenio, proporcionando certidumbre y reglas claras para el desarrollo del sector», puntualizó.
En octubre de 2024, la Secretaría Nacional de Energía instruyó a la Empresa de Transmisión Eléctrica, S.A. (ETESA) a gestionar una licitación pública internacional para la contratación de potencia y energía a corto plazo, la cual se llevó a cabo en diciembre de ese mismo año. El proceso atrajo una amplia participación del sector, con 41 propuestas de 29 empresas generadoras que incluyeron proyectos hidroeléctricos, solares, eólicos y térmicos. Los resultados de esta licitación fueron catalogados como positivos para el mercado, ya que permitieron asegurar contratos a precios competitivos y con una mayor diversificación de la matriz energética.