La gesta patriótica del 9 de enero de 1964

Por Toracio Iturralde – docente

El 9 de enero es una fecha esencial en el desarrollo y construcción de la personalidad del ser panameño. Una fecha histórica que definió realmente lo que el pueblo panameño quería, soñaba. La Soberanía total sobre todo nuestro territorio, la transferencia del Canal de Panamá a manos panameñas y la descolonización fueron consecuencias directas de ello.

En esta historia hay que hacer una distinción entre las gestiones realizadas por la oligarquía y los requerimientos del pueblo panameño.

Por un lado, la élite económica y comercial panameña pedía modificaciones del tratado Hay Bunau Varilla a través de nuevos tratados o convenios con el objetivo de que los Estados Unidos le dieran facilidad de entrar al mercado en la Zona del Canal, de sus productos y servicios. Las limitaciones de clase no les permitían ir más allá de esas aspiraciones y, sumado a esa ceguera clasista, su vinculación umbilical con los intereses del imperio.

Otras son las reclamaciones de la población panameña que fueron canalizadas por la heroica juventud estudiantil. La soberanía total sobre todo nuestro territorio y lo que ello representa para nuestra identidad y el control de nuestros recursos naturales.

El presente de esta historia no es muy halagador. La oligarquía tiene el control total de la administración del Canal y todo lo que representa desde el punto de vista comercial y político, es decir, tienen acceso al mercado sin la Zona del Canal y además tienen el poder para tercerizar los procesos internos del Canal de Panamá y sus áreas adyacentes. Y como decíamos de niño al jugar canicas, el Imperio mantiene su control geoestratégico por “rechazín”.

Es muy importante resaltar la fecha, revivirla y explicar sus connotaciones a las generaciones presentes y es eso lo que hemos estado haciendo en todo este tiempo. Sin embargo, no es suficiente. Lo suficiente es que la Administración del Canal y todas sus operaciones comerciales y políticas adyacentes sean desarrolladas por el Estado panameño como resultado final de la gesta del 9 de enero y que la posición geoestratégica sea para beneficio de la unidad latinoamericana, para que el conglomerado bolivariano realice los sueños estampados por Bolívar en la carta de Jamaica.

La tarea no es fácil, pero tampoco imposible. Imposible era sacar las bases militares norteamericana de nuestro territorio, imposible era eliminar las estacas coloniales y que ondeara sobre todo nuestro territorio, nuestra bandera. Lo posible es la unidad y tomar la decisión de cumplir lo que con sangre adolescente, se dispusieron a rescatar nuestros heroicos mártires.

Sólo así, cada 9 de enero podremos mirar sin sonrojo a la cara de los mártires de esa heroica gesta y de todos aquellos que hicieron posible la construcción de nuestra identidad y de nuestro Estado Nacional.

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