Por: Paula Escalada Medrano
Washington, 22 sep (EFE).- Una carta de felicitación firmada por Donald Trump es uno de los principales recuerdos que atesora Allan J. Lichtman de su infalibilidad: «Fui de los pocos que pronosticó su victoria», cuenta a EFE en una entrevista el experto, cuya predicción no gustará este año al republicano, pues tiene claro que Kamala Harris ganará el 5 de noviembre.
«Las claves pronostican que vamos a tener a una presidenta nueva y sin precedentes, que Harris se convertirá en la primera mujer presidenta y en la primera presidenta de ascendencia mixta africana y del este de Asia, lo que en cierto modo presagia hacia dónde se dirige Estados Unidos», apunta contundente.
Lichtman no tiene duda de calificarse a sí mismo como el pronosticador electoral estadounidense más veterano y el más infalible: «Nadie más se acerca a mí y nadie ha estado pronosticando 40 años como yo, nadie tiene un historial ni siquiera parecido», afirma. Su nivel de aciertos: diez de diez.
Doctorado en Historia Americana y métodos cuantitativos por la Universidad de Harvard y profesor de la American University, Lichtman lleva haciendo predicciones desde los años 80.
«Predije la reelección de Ronald Reagan en abril de 1982, casi tres años antes de las elecciones, cuando Estados Unidos estaba en la peor recesión desde la Gran Depresión hasta ese momento y el 60 % de los estadounidenses decía que era demasiado viejo para postularse de nuevo y su índice de aprobación estaba en mínimos históricos», relata.
También estuvo seguro del resultado de las elecciones de 2016, en las que Hillary Clinton se enfrentó a Trump y perdió, pese a ser favorita en los sondeos. «Mi sistema es único, no mira las encuestas, no escucha a los expertos, no sigue los acontecimientos de la campaña. Mira el panorama general de la gobernanza», explica.
Y, en aquel momento, «había suficientes llaves en juego en contra de los demócratas», que eran el partido en el poder. De hecho, «cualquier republicano genérico habría ganado».
Lichtman fue de los pocos expertos que acertó, un mérito reconocido hasta por Trump, quien le mandó «una nota firmada que decía: felicitaciones, profesor».
Las 13 claves a la Casa Blanca
Lichtman utiliza para sus pronósticos su propio método, el de «las 13 claves» (en inglés, the 13 keys), que desarrolló en 1981 junto con el matemático Vladimir Keilis-Borok basándose en un análisis de las tendencias en las campañas presidenciales desde 1860.
«Las claves se centran en cómo funcionan realmente las elecciones presidenciales estadounidenses y qué cosas tiene a favor o en contra el partido que está en la Casa Blanca». «Si seis o más de las 13 claves van en su contra, se predice que serán perdedores. De lo contrario, se predice que serán ganadores», detalla.
Las claves analizan aspectos como los resultados de las elecciones de medio mandato, las contiendas por la nominación del partido en el poder, la existencia de terceros partidos, la economía a corto y largo plazo, el malestar social, el escándalo, el ataque al extranjero o los fracasos y éxitos militares.
Solo dos claves tienen algo que ver con los propios candidatos: si son únicos en su generación y si son inspiradores y transformadores en su partido. Este año, Harris los cumple y «claramente, las claves de la Casa Blanca predicen una victoria» suya.
Nada hará cambiar el resultado
Lichtman, quien tiene un canal de Youtube en donde hace actualizaciones semanales de sus previsiones, anunció el pronóstico antes del debate presidencial que enfrentó a Harris y Trump el 10 de septiembre, pues quería dejar claro que «las claves no se ven influidas por los eventos siempre cambiantes de la campaña».
Se basan «en 160 años de historia», «son la predicción de la Estrella del Norte» y «no cambian» con los años ni tampoco con la llegada de las nuevas tecnologías, asegura.
«Son increíblemente sólidas. Se basan en la historia, pero en términos de desarrollo se remontan a los días de la política de caballos y carruajes, cuando Abraham Lincoln fue elegido en 1860, cuando las mujeres no votaban y los afroamericanos estaban esclavizados».
¿Podría cambiar, por tanto, su pronóstico de aquí a noviembre? Rotundamente no, afirma, pues las claves no son aspectos que se modifiquen «de la noche a la mañana».
A sus 77 años, Lichtman afirma que todavía sigue sintiendo «mariposas en el estómago» tras cada elección. «No sé cuánto más podré hacerlo, pero ya tengo seguidores que me han dicho que formarán un comité para ocuparse de las llaves cuando ya no pueda».