Por: Redacción – Panorama
La emblemática empresa naviera Royal Caribbean Group manifestó su firme compromiso de operar con Panamá como centro neurálgico de sus operaciones en América Latina.
En 2008, Royal Caribbean Group se convirtió en la primera línea de cruceros en establecer operaciones con Panamá como Home Port (Puerto Base), durante todo el año. Desde entonces el grupo económico ha reconocido al país como un actor clave de su éxito.
La empresa expresó su satisfacción con las operaciones en los puertos de Amador y Colón y con todos los servicios que se brindan a los barcos, tripulación y pasajeros.
“Nuestra asociación con Colón 2000, basada en la confianza mutua y la excelencia, ha prosperado durante las últimas dos décadas. La eficiencia operativa en los puertos ha superado constantemente nuestras expectativas, mejorando significativamente la experiencia de nuestros buques, tripulación e invitados”, es el balance que comunica a la AMP, Preston Carnahan, vicepresidente regional de desarrollo de destinos de Royal Caribbean Group.
La reciente extensión de la temporada de cruceros 2025-2026 y el aumento del volumen de pasajeros son claros indicadores de la satisfacción operativa y confianza de Royal Caribbean en el futuro. “Creemos que la sinergia económica generada por nuestras actividades en Panamá ofrece un inmenso potencial de crecimiento y prosperidad para ambas partes”, destacó Carnahan.
“De cara al futuro, nos comprometemos a fortalecer aún más nuestra presencia en Panamá y garantizar que siga siendo el centro principal de nuestras operaciones en el Caribe”, concluyó el vicepresidente regional de desarrollo de destinos de Royal Caribbean Group.
Los cruceristas satisfechos se convierten en embajadores de la marca-país de Panamá, difundiendo sus experiencias positivas y atrayendo a nuevos visitantes, lo cual contribuye a fortalecer la imagen turística del destino a nivel internacional.
El director general de Puertos e Industrias Marítimas Auxiliares de la AMP, Max Florez expresó que la inversión turística genera un efecto dominó positivo que impacta la economía (excursiones, compras, restaurantes, hoteles, servicios locales, transporte terrestre, combustible, agua potable, suministros, alimentos, reparaciones), al echar a andar la maquinaria de “la industria sin chimeneas”.