Por: Víctor Cruz- economista
INTRODUCCIÓN
La crisis política a finales de la década de 1980 generó un proceso de desahucio de las finanzas ya que, los llamados al regreso de la democracia provocaron que la sociedad civil decidiera como mecanismo de protesta dejar de pagar una serie de impuestos y tasas al gobierno de turno.
No bastando con ello, la situación política provocó que los Estados Unidos de Norteamérica impusiera una serie de sanciones económicas que apretaron aún más al régimen y las finanzas públicas hasta que la nómina ganadora en las elecciones de 1989 lograra instaurarse en el gobierno e iniciara el período de reconstrucción.
El panorama fiscal era tétrico para un gobierno intentando reiniciar la vida democrática en el país y en ese sentido con el problema generalizado de la Deuda Externa en Latinoamérica, Panamá se viò en la necesidad de estabilizar la fiscalidad interna y luego avocarse a renegociar su Deuda Externa.
Deuda Externa: Cuatro décadas atrás
Al momento del retorno a la democracia en Panamá, resaltaban una serie de hechos de los cuales la economía panameña no escapaba:
- En 1982, México suspende el servicio de su Deuda Externa e iniciaba con ello la Crisis del Endeudamiento.
- Brasil y Argentina incumplen acuerdos con el Fondo Monetario Internacional en 1985 y remecen el escenario financiero internacional.
- El auge de los préstamos internacionales a bajo costo, aupado por los precios del petróleo y las políticas de sustitución de importaciones impulsadas desde fuera y dentro de nuestros países.
- Incremento de las tasas de interés y el manejo negligente de ese caudal de recursos contribuye a una intempestiva crecida de la Deuda Externa de Latinoamérica.
Deuda Externa Panameña: En Retrospectiva.
Nuestra Deuda Externa era de carácter público y conllevó al gobierno (1989-1994) a tomar drásticas medidas de control fiscal viéndose en la necesidad de utilizar alguno de los dos mecanismos en boga de ese momento, el Plan Baker o el Plan Brady para renegociarla.
En enero de 1990, los análisis realizados sobre este proceso mostraron que el pago del gobierno nacional, por pagos vencidos, ascendieron a la friolera de US$2374 millones, de los cuales US$728 millones correspondían al renglón de Intereses, además de US$ 695 millones que vencían ese mismo año.
Si a eso le sumamos, el déficit fiscal acumulado y el monstruoso sobregiro encontrado en el Banco Nacional de Panamá de unos US$928 millones, de los cuales US$ 300 millones eran sobregiros NO registrados (Informe del Contralor/1990), permiten constatar el despilfarro de la gestión de gobierno de 21 años de dictadura militar.
El primer paso del gobierno nacional fue la reestructuración de nuestros compromisos financieros con el Club de París, los cuales alcanzaban US$429 millones de los cuales US$175 millones debían ser cancelados de inmediato.
Posterior a ello, la reestructuración de nuestra Deuda Externa Comercial cuyos registros oficiales a final de 1989 ascendía a US5500 millones, fue realizada bajo el Plan Brady.
Plan Brady y Reestructuración
El cuadro anterior revela el valor nominal de lo que debió enfrentar el gobierno nacional a partir de 1994, en busca de volver a convertirnos nuevamente en Sujeto de Crédito.
El Plan Brady fue el mecanismo utilizado por el gobierno nacional para la reestructuración de la deuda comercial externa panameña que consistió, según describe un escrito del expresidente Pérez Balladares y el ministro de Economía de turno Guillermo Chapman en lo siguiente:
“El programa de reestructuración de deuda, diseñado según las directrices del denominado «Plan Brady», redujo en un 30% la deuda exterior panameña con la banca comercial con la emisión de tres tipos de instrumentos: Bonos de reducción de intereses, Bonos a la Par y Bonos con Descuento, canjeados por la deuda existente en ese momento.
Los Bonos de Reducción de Intereses, que forman el 82% del programa, no requerían respaldo de bonos «cupón cero» del Departamento del Tesoro de los Estados Unidos, lo que reflejaba la confianza de los mercados en los bonos panameños”.
Importante señalar que gran parte de nuestra deuda comercial externa mantenía Tasas de Interés Variable, pero este proceso favoreció que el riesgo disminuyera grandemente ya que las mismas fueron restructuradas a Tasas Fijas y en Dólares, lo cual mitigaba las fluctuaciones del mercado por ajustes monetarios.
En 1995, previo a suscribir el primer paquete reestructurado, nuestra deuda externa comercial se negociaba en el mercado a 49 centavos por dólar. Luego de ello pasó a valer 73 centavos de dólar para julio de 1996.
Aunque parezca mentira, la crisis de la Deuda Externa, tal cual se aprecia en el cuadro, resalta el valor de nuestros Pasivos a final de 1989, a mi entender contribuyó a que Panamá pudiera ahorrarse, según los negociadores, casi un tercio (1/3) del monto global de lo adeudado.
DEUDA PÙBLICA: Estructura Actual
A continuación, pasaremos revista a la estructura de nuestra deuda pública y se podrá constatar un panorama muy crítico a quien gane las próximas elecciones.
Casi 50 mil millones de dólares es nuestra Deuda Pública hoy día, distribuida en 43 mil millones como Deuda Externa y los otros 7 mil millones en Deuda Interna.
Esta friolera no resiste un análisis serio si cotejamos los montos con las actuaciones de la actual administración. No hay cómo justificar semejante monto, pero nos permite saber cuál es la estructura de nuestra Deuda Externa.
Parte de los cuestionamientos se dirigen a los gastos generados exclusivamente por la Pandemia, los cuales, ante los cuestionamientos de la sociedad, las autoridades manifestaron que ese momento justificó el uso aproximado de US4,500 millones.
Si restamos ese monto de los 43 mil millones, nos restan unos 38.5 mil millones de dólares los cuales habría que confrontarlos con la ejecución presupuestaria y las inversiones gubernamentales realizadas.
Para mí, el apalancamiento excesivo del presupuesto para pagar Gasto Operativo se lleva las palmas.
El cuadro que antecede muestra los saldos pagados por año de la Deuda Pública, hasta marzo de 2024, del cual se desprende que la actual administración ha realizado pagos por Deuda Externa e Interna por el orden de los 23,700 millones de dólares.
La diferencia entre los 38.5 y 23.7 mil millones, dejan una diferencia de 15 mil millones los cuales sería interesante conocer sus destinos.
Este cuadro nos permite igualmente conocer los montos pagados por el endeudamiento de nuestros gobiernos en los últimos 20 años, los cuales ascienden a casi 65 mil millones de dólares e intentar confrontar los mismos con el nivel de crecimiento generado y el uso eficiente del mismo de las distintas administraciones.
Solo como un ejercicio mental, imagínense si solo el 10% de nuestra Deuda Pública pagada en los últimos 20 años, unos US$ 6 mil millones, no hubiera ido a nuestros acreedores y se hubiese constituido un Fondo de Inversión Especial como reserva financiera para atender el problema de la Caja del Seguro Social.
DEUDA PÚBLICA 2024: Reestructuración Futura
Sin contar con los problemas fiscales que hoy se muestran en un Presupuesto General del Estado, excesivamente apalancado, el futuro gobierno tendrá la imperiosa necesidad de lidiar, no solo con unas finanzas públicas gravemente trastocadas, sino también con una abultadísima Deuda Externa Pública Comercial horrorosa.
El cuadro que a continuación mostramos, revela parte de la estructura de los Bonos de la Deuda Panameña.
La próxima administración gubernamental tendrá la tarea de cancelar los Bonos con Vencimiento en el periodo 2024-2029, los que ascienden a unos US$ 5,762 millones con montos de Intereses a Pagar cercanos a los US$ 900 millones, según se desprende del cuadro anterior.
Este cuadro muestra lo preocupante de la situación económica de Panamá, luego de haber crecido consecutivamente tres (3) décadas, hasta la aparición del Covid-19. Pero destaca, de manera elocuente, lo HIPOTECADA que se encuentra nuestra economía.
CONSIDERACIONES FINALES
Como se ha podido apreciar, el estado de nuestra Deuda Pública hoy día no goza de un problema mayúsculo como el vivido hace 34 años luego de la vuelta a la democracia, como para que los valores de la misma se negocien a un gran descuento.
La pérdida del Grado de Inversión con perspectivas poco halagadoras ha sido un golpe duro para nuestra economía y la visión internacional hacia nosotros para lograr mejores términos está en vilo, no solo por una elección presidencial a la vuelta de la esquina, sino por situaciones de índole legal y financiero, como los Arbitrajes de Inversión por el cierre de la Mina, presionan aún más nuestra deteriorada fiscalidad.
El estado de las finanzas de la Caja del Seguro Social, se suma a uno de los problemas financieros a atenderse, porque patear la pelota para que otro se encargue ya no se puede.
Si los montos fuesen más manejables, podríamos decir que la renegociación será difícil, pero al alcance de la mano. Sin embargo, nuestra Deuda Pública Externa supera con creces cualquier negociación que no requiera de ajustes costosos a lo interno de nuestra sociedad, y ello incidirá en el bienestar colectivo.