El expresidente de Perú Alberto Fujimori salió este miércoles del penal de máxima seguridad de Barbadillo, en las afueras de Lima, donde desde 2009 cumplía una condena de 25 años de cárcel por los delitos de homicidio calificado, lesiones graves y secuestro agravado por trato cruel, entre otros delitos, revelaron informes internacionales.
La salida de prisión del exmandatario de 85 años se produce horas después de que el Tribunal Constitucional de Perú ordenara su puesta en libertad «inmediata», destaca BBC News Mundo.
Fujimori abandonó el penal en un vehículo en el que también viajaban su hija Keiko y su hijo Kenji. Antes de subirse al auto, las cámaras de televisión lo captaron abrazándose a sus hijos cubierto por una mascarilla.
A las afueras del penal, decenas de sus seguidores que llevaban horas concentrados allí, celebraron su liberación.
Fujimori se trasladó tras su liberación a casa de su hija Keiko en Lima. Allí, ella dijo: «Gracias a todas las autoridades que permitieron que mi padre esté en casa».
El expresidente peruano fue condenado en 2009 como autor mediato de los crímenes de Barrios Altos y La Cantuta, ocurridos en 1991 y 1992 respectivamente, acciones en las que militares del llamado Grupo Colina acabaron con la vida de 25 personas.
Su liberación se produce después de que el Tribunal Constitucional ratificara la validez del indulto que le concedió en 2017 el entonces presidente, Pedro Pablo Kuczynski, en contra de lo dictado por la Corte Interamericana de Derechos Humanos.
Su liberación supone el último capítulo de una larga batalla judicial dentro y fuera de su país.
En marzo de 2022, el Constitucional peruano falló a favor de la liberación de Fujimori, pero una resolución posterior de la Corte Interamericana de Derechos Humanos (Corte IDH) frenó su excarcelación.
El Tribunal Constitucional negó ahora la competencia de la Corte IDH para establecer como no ejecutable la polémica sentencia.
En respuesta, la Corte IDH emitió a última hora del martes una resolución en la que instaba al Estado peruano a no liberar por el momento a Fujimori, quien gobernó Perú entre 1990 y 2000, y que fue el primer exmandatario de América Latina en ir a la cárcel por crímenes de lesa humanidad.