Por: Samuel B. Buitrago C,
Abogado
Dentro de los elementos más importantes en la construcción del liderazgo público tal vez el más importante es la empatía. Hacer sentir al otro que sus problemas me importan, que estoy cercano a su realidad (aunque la mía sea diferente) pero sobre todo hacerlo sentir parte de la solución del problema.
Cuando tenemos una sociedad hiper conectada, pero aislada socialmente, ensimismada en su problema y no siente que la están dando respuestas a su problema; entonces esa sociedad se revela y se tira a la calle con el único objetivo principal es ser escuchado ser atendido.
El gobierno actual vive en una constante crisis de confianza y de falta de credibilidad producto de dos temas que son importantes a la hora de dirigir y de ejercer el liderazgo político. El primero, no divulgan, los funcionarios llamados a orientar no divulgan sus acciones a través del uso de redes sociales, no al estilo de gacetillas informativas, sino narrando historias de impactos reales en la población; y segundo: no se defienden.
El gobierno que menos se defiende y que no defiende su gestión es este. Si hacemos una análisis, con el fin de mejorar, no hay vocería gubernamental en los medios de comunicación; atacan a los Ministros y Directores por todo y el gobierno no dicen nada.
Producto del inmediatismo las sociedades han cambiado y exige participación permanente en la interacción con la sociedad a través de comunicar algo; ya que l el secreto de todo buen líder político es vender esperanza, sueños, sentir el problema y no escudarse en reuniones de dos o de cuatro cuando la población desea entender que ocurre en un mundo polarizado y también en constante agitación.
Ya la política del avestruz pasó a la historia y se debe defender el trabajo que se hace con orgullo y dignidad miremos el ejemplo de AMLO en México y otros tantos que se ven cercanos en su comunicación con la gente.
Cuando hablamos de empatía debemos entender que también se necesita ejemplaridad y mis acciones deben reflejar lo que soy o lo que hago. La empresa privada y los empresarios hemos resistido con estoicismo la pandemia y estamos resistiendo los aumentos en toda la cadena de producción; pero necesitamos que el gobierno de el ejemplo con un comportamiento que restaure la confianza pública, pero con temple y con carácter para salir de todas la crisis porque la fragilidad y la política partidista es un juego que el país no quiere jugar.
Empatía más ejemplaridad y trabajo en equipo son las bases del liderazgo público hoy;
pero en privado debe haber una reflexión colectiva del Gabinete, sobre si están cumpliendo las expectativas ciudadanas; y en esta reflexión deben valorar si es el momento de refrescar el liderazgo del gabinete y dar un paso al costado. Esta no es una decisión sola del presidente, quien es su escala de valores la lealtad es un valor muy ponderado. Pero los mejores equipos también saben cuándo+ es el momento de refrescarse e introducir cambios para lograr las metas. De esto se trata el liderazgo político.