Por Redacción Panorama Económico
Desde el año pasado, cuando se hicieron públicas las conclusiones críticas del informe de la Organización Internacional del Trabajo (OIT) con respecto del Programa de Invalidez, Vejez y Muerte de la Caja de Seguro Social, la Cámara de Comercio, Industrias y Agricultura de Panamá (CCIAP) hizo llamado urgente a las Autoridades a actuar con la premura que nos exige esta grave situación.
Una vez más, en esta ocasión de forma presencial, la OIT ha reiterado lo planteado hace casi doce meses. Sin embargo, las autoridades aún no asumen la responsabilidad que tienen frente a este grave problema. La realidad es innegable, los números son precisos, y no podemos permitirnos quedarnos de brazos cruzados ya que sería irresponsable, señala el presidente de la CCIPA, Adolfo Fábrega García de Paredes en la columna dominical La Cámara Opina.
La solución no es volver a un sistema que ya probó ser fallido; esto también ha sido reiterado por la OIT y por los propios Actuarios de la Caja de Seguro Social.
Tampoco es quitarles a los contribuyentes del subsistema de cuentas individuales, lo que por tanto tiempo han aportado. Esto no es solidario y es despojarles el futuro a esos jóvenes. Los ciudadanos, especialmente aquellos entre 25 y 40 años, deberían tener la capacidad de acceder a sus cuentas individuales a través de dispositivos móviles, verificar sus contribuciones, aquellas realizadas por sus empleadores, así como asegurarse de que el Estado proteja sus ahorros destinados a una jubilación digna, señala el gremio empresarial.
Las decisiones trascendentales que hay que tomar en esta materia deben tener como objetivos: (i) prevenir la pobreza en la vejez; (ii) garantizar la sostenibilidad financiera de un programa de pensiones equitativo; (iii) incluir la participación de los trabajadores y empleadores mediante el ahorro voluntario para mejorar las pensiones.
Es evidente también que la seguridad social requiere de una trasformación mucho más profunda que atender la situación del programa de IVM. La trascendencia que tiene la CSS como servicio público para la población requiere de una reingeniería de cara a contar con un gobierno corporativo eficiente, alejado de la politiquería, que optimice los servicios que los usuarios reciben. Además, la CSS debe someterse a cambios profundos en su Modelo de Gestión, enfocado en el usuario final—el cotizante y sus beneficiarios—que garanticen servicios de la más alta calidad, con un recurso humano altamente capacitado (y no políticamente nombrado), y con tecnología de punta.
La decisión no es fácil por los componentes sociales que la rodean, pero quienes están llamados a liderar un país no siempre podrán tomar decisiones fáciles, pero por la responsabilidad que asumieron sí deben procurar las mejores alternativas con visión a largo plazo.
Somos conscientes que lograr acuerdos es complejo y que esto no se resolverá totalmente en este periodo, pero tampoco el Presidente de la República y las actuales autoridades se pueden eximir de esta responsabilidad, especialmente a la luz de las claras recomendaciones de la OIT. Como mínimo urge iniciar el proceso, y de igual forma comprometerse los próximos gobernantes: priorizar y ejecutar con respecto a este gran problema que enfrentamos como país. No hay excusas para quedarnos de brazos cruzados. Todas las cartas están sobre la mesa, la cereza fue colocada sobre el pastel, ¡es hora de actuar!