Por: Leonardo Montenegro, Coordinador en Venezuela de la Red Académica Verano TIC
La calidad es un concepto que ha evolucionado a lo largo de la historia. Siempre ha estado presente en los objetos creados por el hombre, desde las pinturas murales egipcias de 1450 a.C. que muestran pruebas de medición e inspección (Lindsay, 2023 en su obra Managing for Quality and Performance Excellence), hasta la construcción de viviendas, monumentos históricos, medios de transporte y comunicación, elaboración de productos alimenticios, objetos artesanales, obras de arte y literatura.
Hay varios aspectos en los que aparece implicado el concepto de calidad:
- Los puntos de vista que tienen los consumidores y productores sobre la calidad.
- La calidad personal.
- La calidad del comportamiento humano.
- Las prácticas de calidad.
- Las herramientas creadas para medir la calidad.
La fiabilidad, la educación (de consumidores y productores), el aprendizaje autodirigido, el trabajo en equipo y la comunicación entre las partes interesadas, son otros aspectos importantes que también aparecen incluidos reiteradamente en los debates sobre la calidad.
Cabe resaltar que la demanda global de la mayoría de los bienes y servicios había venido creciendo en los últimos años hasta la recesión económica actual generada, en parte, por situaciones inesperadas como la pandemia del Covid-19 y las guerras en distintas regiones del mundo.
El aumento del poder adquisitivo de las personas que habitan países con economías menos vulneradas por las variables mencionadas anteriormente ha tenido incidencias en la solicitud efectiva de muchos bienes y servicios y debemos admitir que -debido a factores sociales y económicos complejos- también ha habido escasez de productos en muchos lugares del mundo mucho antes de la pandemia. Esto se enmarca en los efectos que la globalización ha tenido en la calidad de las organizaciones empresariales a nivel nacional y extraterritorial.
Por otra parte, el consumidor o cliente actual está mejor informado sobre la calidad y ello lo ha convertido en una persona cada vez menos dispuesta a adquirir productos a partir, simplemente, de su valor de producción asociado o de la narrativa de los copies persuasivos difundidos a través de los canales de comunicación masivos (radio, televisión, redes sociales) y otras técnicas de marketing y publicidad. En otras palabras, una buena parte de personas del mundo globalizado e interconectado han desarrollado consciencia sobre la calidad de los productos que desean adquirir para satisfacer sus necesidades.
Más recientemente, la humanidad está experimentando los efectos sobre la calidad de los empleos y los procesos de producción debido a la automatización (robótica), digitalización, virtualización e introducción de la Inteligencia Artificial (AI, por sus siglas en inglés).
Finalmente, el concepto de calidad nos invita a reflexionar sobre todos los factores que forman parte de nuestra vida: la calidad del aire que respiramos, la calidad de la educación que deseamos para nuestros hijos, la calidad con la cual compartimos nuestros afectos, la calidad de un planeta menos desigual y más equilibrado.