Por: Dr. Carlos Bravo – Coordinador de la Red Académica Verano TIC en Bolivia
En nuestra época, la información es accesible en cualquier momento y lugar, sin importar el tipo de dispositivo, ni la distancia física del emisor. Según datos de “We are social”[1], el 64% de la población mundial se conecta a Internet y lo hace en promedio 6 horas y 30 minutos al día. La misma empresa señala que el mayor tiempo lo dedicamos a buscar información, estar en contacto con familiares y amigos, además de ver videos, leer noticias y acceder a los contenidos relacionados con el cómo se hace.
Según datos muy conservadores en el 2010 circulaban en la Red unos 10 Zetabytes de información, mientras en el 2019 esa información había ascendido a 33 Zetabytes, tome en cuenta que esta unidad equivale a un 10 seguido de 21 ceros. En Google se realizan al día más de 3500 millones de búsquedas, en YouTube cada día se suben 1000 millones de horas de video, la canción “Despacito” fue vista solo en seis meses más 6 000 millones de veces. Estos datos nos hacen pensar que navegamos cada día en un océano de información creciente y casi siempre excesiva.
Esto nos está llevando a la sensación de no poder abarcar toda la información, donde lo inmediato supera a lo importante, impidiendo profundizar. Este exceso de información puede tener un efecto negativo en la calidad de nuestras decisiones, nuestra capacidad para concentrarnos y en última instancia, en nuestra salud mental. El término que se está empleando para la sobre carga informativa es el de infoxicación, acuñado por el escritor español Alfons Cornella en el año 1995. Se refiere al exceso de información al que estamos expuestos a través de los medios de comunicación, las redes sociales y otros canales de información en línea.
Cómo conocer si padezco de infoxicación.
¿Consultas con frecuencia WhatsApp, Messenger y otras redes similares? ¿Cuándo escuchas que recibiste un mensaje en tu celular dejas lo que estás haciendo para revisarlo? ¿Cuándo terminas una tarea te das tiempo para revisar tus redes sociales? ¿Generalmente dices no tengo tiempo, sientes que aumenta tu carga de trabajo? ¿Cuándo lees en la pantalla lo haces de manera diagonal? ¿Sientes la necesidad de estar siempre conectado? ¿Guardas información para leerla después, pero generalmente no lo haces? ¿Te desplazas por la pantalla del celular, leyendo con rapidez todo lo que ves y aun así sientes que no terminas?
Si respondiste afirmativamente a la mayoría de las preguntas anteriores estás padeciendo de infoxicación. Algunas de sus consecuencias son la disminución de la productividad, con la consecuente pérdida de concentración y motivación. A esto se une la dificultad para procesar información, estando expuestos a errores en las decisiones. La infoxicación también contribuye al estrés y la ansiedad, en especial la información negativa en los medios de comunicación y las redes sociales que aumentan la sensación de inquietud y preocupación en la población. Otra de sus consecuencias negativas es la adicción a la tecnología al estar tanto tiempo expuestos a la revisión permanente de las redes y otras fuentes de información.
La infoxicación se puede reducir de manera individual. Una de las formas más sencillas es la de limitar la cantidad de información que recibimos diariamente. En lugar de revisar constantemente las redes y los medios, podemos establecer horarios específicos para esta tarea. También podemos limitar la cantidad de correos electrónicos y mensajes que recibimos, y reducir la cantidad de tiempo que pasamos navegando en línea.
Otra forma de reducir la infoxicación es filtrar la información que recibimos. Podemos hacer esto al seleccionar cuidadosamente las fuentes de información y limitar la cantidad de información que recibimos de cada una. También podemos utilizar herramientas en línea que nos permiten filtrar el contenido que vemos en nuestras redes sociales y otros canales de información. Es más importante la calidad de las fuentes que la cantidad de las mismas.
Además, es importante recordar que no toda la información es igualmente importante. Al centrarnos en la información que es relevante para nuestras vidas y nuestros objetivos, podemos reducir la cantidad de información que recibimos y, por lo tanto, reducir la infoxicación.
Pero la mejor manera de disminuir la infoxicación es estar consciente que padecemos de la misma.