Por: Carlos Bravo Reyes. PhD en Pedagogía. Experto en Tecnología educativa.
Universidad Autónoma Gabriel René Moreno. Santa Cruz, Bolivia
Coordinador de la Red Académica Verano TIC en Bolivia
@tu_profe
El último mes del pasado año nos trajo una importante noticia en el ámbito tecnológico, la apertura pública del sitio ChatGPT, que como su nombre indica es un chat, pero no con un humano, sino con una máquina o un conjunto de estas.
Casi todos los canales dedicados a noticias tecnológicas, escribieron, comentaron y siguen hablando de ChatGPT. Es un chat que a partir de la conocida inteligencia artificial puede responder casi todo tipo de pregunta. Desde matemáticas, física y biología hasta sinopsis de películas, resúmenes de libros, cálculos de ecuaciones, en fin, casi todo lo que pueda preguntar.
Por supuesto no es perfecto, pero en poco tiempo será la mejor fuente de consulta.
Desde hace años es conocido el empleo de la inteligencia artificial, en numerosos procesos para mejorar la vida de los seres humanos. En general se centra en el uso de dispositivos de cómputo, para realizar tareas como la codificación, el aprendizaje automático, la toma de decisiones y la mejora cognitiva. Ejemplos de ellos, son los asistentes virtuales como Alexa o Siri, el control del tráfico aéreo, la conducción autónoma de vehículos, la detección de fraudes en tarjetas de crédito, el diagnóstico médico, la traducción automática, la búsqueda web, entre otros muchos
El término «inteligencia artificial» fue acuñado por John McCarthy en 1955. Desde ese momento, experimentó un rápido desarrollo y se ha convertido en una parte importante de la ciencia informática moderna, con un futuro muy prometedor. Se espera que ayude a modificar procesos industriales, mejorar la competitividad y la vida a través de tecnologías avanzadas como procesamiento del lenguaje natural, aprendizaje automático y comprensión visual. La IA también puede ser una herramienta útil para abordar problemas socioeconómicos complejos como las crisis climáticas, la pobreza y la desigualdad.
Una de las organizaciones que impulsa el empleo de la IA es OpenAI, fundada en 2015 por Elon Musk, Sam Altman y otros investigadores e inversores en tecnología. Su misión radica en desarrollar tecnologías avanzadas de IA de manera segura y responsable, y promover su uso en una amplia variedad de aplicaciones, entre ellas modelos de lenguaje natural y juegos de estrategia. Colabora con empresas e instituciones de todo el mundo en el desarrollo de tecnologías y aplicaciones de IA.
Le pregunté a ChatGPT cuáles son los riesgos de emplear la IA y esta fue su respuesta.
“Aunque la inteligencia artificial tiene el potencial de ofrecer muchos beneficios, también existen algunos aspectos negativos a tener en cuenta: Pérdida de empleos: La automatización a través de la IA puede reemplazar ciertos trabajos, lo que puede llevar a la pérdida de empleo y a la desigualdad económica. Problemas éticos y de privacidad: Como mencioné anteriormente, la IA plantea desafíos éticos y de privacidad, como el sesgo en el entrenamiento de datos y la protección de la privacidad de las personas. Dependencia: Dependiendo del exceso de la IA puede llevar a la pérdida de habilidades y conocimientos esenciales en los humanos. Seguridad:
La IA puede ser utilizada de manera malintencionada, como en el caso de ataques cibernéticos avanzados. También puede haber riesgos de seguridad en el uso de tecnologías como los vehículos autónomos. Es importante tener en cuenta estos aspectos negativos y trabajar para abordarlos de manera responsable y ética a medida que se desarrolla y utiliza la IA”
ChatGPT en la educación: adopción o rechazo
Desde que se hizo público ChatGPT expertos en educación expresaron diferentes criterios tanto a favor, como en contra. Un grupo de universidades australianas, detectaron que sus estudiantes estaban empleando este Chat para realizar tareas y exámenes en línea, por lo que tomaron la decisión de volver a tomar exámenes en papel y con lápiz. El estado de Nueva York prohibió recientemente el empleo de ChatGPT en los dispositivos de los colegios de la Ciudad.
También existen muchas voces a favor. Paul Taylor, profesor de Health Informatics en la University College de Londres, explicó en un artículo que la IA era capaz responder de forma “coherente, completa y ciñéndose al tema, algo que los estudiantes a veces no consiguen”.
En mi experiencia como docente universitario, estoy convencido que es muy fácil detectar si el estudiante hizo toda o parte de su tarea copiando tanto desde ChatGPT como de Google. La forma de redacción delata de inmediato cualquier intento de copia.
Recientemente, Meagan Loyst fundadora de Gen Z VCs, un grupo conformado por más de 12.000 inversores y entusiastas de las startups autopublicó un libro infantil en Amazon titulado “Muéstrame lo que puede hacer la IA”. Según declaró, solo le tomo dos horas escribir el libro e ilustrarlo con otros sistemas generadores de imágenes también mediante IA.
En mis pruebas con ChatGPT hice preguntas en diferentes campos del conocimiento. Indagué sobre García Márquez, sus obras, sinopsis detalladas de las mismas, los primeros párrafos de “El amor en los tiempos del cólera”, el final, los personajes, de esta y otras novelas. De un total de 20 preguntas sobre el Gabo, las que llenaban más de seis páginas de respuestas, solo encontré un error. Repetí el mismo experimento con otros autores y solo un error al atribuir a Hemingway una obra que no es suya.
Con una experta en genética hice varias preguntas y solo una de ellas fue respondida incorrectamente. Como se puede comprender, es más sencillo y rápido acudir a ChatGPT que buscar todas estas respuestas en Google.
En conclusión, son más las ventajas de emplear ChatGPT en la formación que negar su uso. Sí quiere comprobar lo anterior, lo invito a que acceda a https://chat.openai.com/chat Por el momento es gratuito, aunque es obvio que en un futuro cercano la opción gratuita esté limitada.
